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Costumbres

Tormentas que se acercan.Solo los dioses ven las tormentas así, bellas, desde el aire, flotando entre las nubes.
Se saturan los oídos entre el ruido crudo de la incertidumbre.Tan frágiles, tan efímeros que da lástima siquiera seguir adelante.Será el recuerdo del amor en la infancia lo que nos fuerza a tener instintos y sobrevivir aun cuando no queremos.Ingrávidas, mis lágrimas, reflejan los remordimientos como un espejo curvo e infinito.


B.

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mis cojones almibar

Salta y salta sobre la gente extraña, de extraña sonrisa y que tienen los vaqueros boca arriba. Como saltan los enanos en el campo, pequeños y escurridizos enanos de gorro rojo y labios verdes, que corren mientras patinan sobre piruetas con sabor a nata. Saltan sin parar sobre las sabanas de caramelo y las almohadas de chocolate con leche. Cuanta felicidad guardan en sus zapatitos de azúcar moreno con botones de avellana. No paran de saltar y bailar, y en la calle chapotean sobre zumo de naranja. Uno de ellos pisa un gran charco de sirope de fresa. No le gusta la fresa, por eso llora lagrimas de glass que corre su maquillaje de kiwi y chocolate blanco. Lo más seguro seria que yo terminara con una frase tipo “y finalmente la apología de las caries les llevó al dentista más caro de Capital City.” Sin embargo no, tal vez sea porque no me sale de las pelotas o porque a los enanos no les haría gracia tener que deshacerse en la boca de cualquier desconocido, requerirían de alguna boca con cl
Solo un silencio! Todo tan oscuro que ya no hay ni el brillo de los ojos. No hay reflejo en los espejos. Tampoco sonrisas en la cara de las sombras... Todo tan oscuro... ¡no se si tengo alma por que no lo veo! Siento la sangre que las sombras escupen sobre mi cara, pero no se nunca por donde viene... vendido a lo que no es destino. ¿Vivir a la deriva? no... tanto...  no tengo barca con la que navegar...  Tampoco se nadar en estas aguas turbias, sucias y llenas de cieno. Andar por donde no se camina... no se caminar por encima del agua. No soy un dios... soy un simple y triste desperdicio de ser humano. Ja! recuerdo las rocas que caian del cielo, no era sielo sino hiel con puntas afiladas. Retorcido de dolor  sin poder respirar. Tirado en el suelo mordiendo el polvo... que importa ser nada cuando la nada acecha. Que Importa ser nada cuando la nada acecha... y acecha de cerca. Los nervios te comen por dentro y donde habia mariposas hoy hay angustia, dolor y serpientes que se r