Duele hasta morir, pensar, que todo fracasó. No hay mas realidad que el presente y… y el presente dictó sentencia hace ya algún tiempo. Lo que no quisisteis contener entre vuestras manos, finalmente cayó al suelo en balde, sobre cal viva. Pero el rió sigue su curso ¿no? Y nadie gusta de llevar la misma masilla de su casa anterior, para tapar los agujeros que se encuentra en su nueva casa. No es gustoso ver como lo das todo por alguien que no da una mierda por ti, y que sin más te lo dice; que conciencia más tranquila. Tampoco cae en gracia quien reitera no hacer algo, que día tras día remarca que nunca lo hará, para terminar acuchillándote a sabiendas de un error, del que tiempo estuvo quejándose. O quedarse mirando, ensimismado como pasa la vida sin querer saltar por no resbalar, tratar de hacer creer lo increíble, no arriesgarse tan siquiera a mirar más allá, para no ver que hay más vida que mirarse el ombligo, que hay gente que espera algo de ti, aunque cada vez menos; querer darlo...