Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2008

The Truth

Ahora hemos pensado que ya no hace falta morir en la batalla para que el dragón Nidhöggr no os devore las entrañas en el inframundo ni hay que pasarse una hora al día autoflagelándose por dormir más de lo debido. Para los musulmanes tampoco hay buenas noticias: ahora no existen las huríes. Si alguien basó su vida en alguna de estas cosas, pedimos disculpas, pues estamos considerando unirnos a la ciencia (esa díscola aprendiz) y proclamar el neoapocalipsis. ¡Si nadie ha venido a visitarnos es porque todas las civilizaciones del universo, llegadas a este punto, construyeron un colisionador de hadrones! ¡Lo único que habrá será un agujero negro!

El extraño desfile

Anoche estaba tumbado en la cama escuchando música. Mi habitación está debajo de la escalera, y desde mi cama puedo mirar al techo si me pongo boca arriba (como en todas las camas, supongo). De repente, empecé a oír pasos sobre mí, y detuve el reproductor. En efecto, alguien bajaba las escaleras: mucha gente, y por el ruido que hacían pude deducir que eran personas de seis piernas, o quizás de siete. Casi podía ver las onomatopeyas de sus pisadas en la escayola. Era más bien un tamborileo caótico, sin el ritmo bien marcado de los bípedos. Salí de mi habitación, porque es un gran espectáculo ver pasar a los señores que bajan la escalera, con sus paraguas y sus trajes blancos y rojos. Son increíblemente altos, gracias a que sus piernas son muy largas. Una de las señoras calzaba tacones, y podía apreciarse en ella que los movimientos de sus piernas eran más delicados que en los demás, lo cual me producía una tremenda repugnancia al mismo tiempo. Me situé en el ojo de la escalera, y miré h