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Mostrando entradas de diciembre, 2005

Esto es lo mejor para el estrés

Maldiciones irlandesas

May the curse of Mary Malone and her nine blind illegitimate children chase you so far over the hills of Damnation, that the Lord Jesus himself wouldn't find you with a telescope! Ní bheidh agat go lá Philib a' Chléite ach laethanta lomadh 'n Luin - Así te pases esquilando ovejas hasta el día del juicio final. Go scriosa cúnna ifrinn do chuid fo-éadaigh - Que los perros del infierno destruyan tus calzoncillos. Na raibh tú ólta arís ar feadh do shaoil uafásaigh! - Que permanezcas sobrio para el resto de tu miserable existencia.

Líneas inamovibles

Cuando cae la noche, Abulafia procede a la selección natural. Clasifica meticulosamente a los válidos, y escupe en la gelatina neuronal de los inofensivos.

Cree...

La última profecía

Fue otro día el profeta Enigmátides a la isla de Quíos y fijó su residencia en lo alto de una columna desde la que podía escuchar el clamor del océano. Había decidido abandonar el mundo. La humanidad era malvada y se daba demasiada importancia a sí misma. Enigmátides no entendía expresiones como: "Ha sido el mejor músico de la historia de la humanidad". Además, nadie se daba cuenta de que su vida social era una ilusión. Todos llegaban al mundo solos y todos se marchaban solos, pero nadie creía estar solo mientras discutía con sus amigos en el ágora sobre la metaintrascendencia o mientras compartía su comida con su familia y esclavos. Pasaron los días y el profeta iba muriendo. Mucha gente importante vino a sermonearle o a intentar convencerle de que el mundo merecía la pena, pero Enigmátides estaba ocupado escuchando el mar. En cambio, Diógenes y tres ovejas también pasaron por allí, y ese día todos estuvieron un rato escuchando el mar. A todo esto, la única vieja que vivía e

La belleza no está donde uno cree que está, si no donde uno busca

Intentas mantenerla entre tus manos, conservar su tacto, su roce; conservar su perfume, su olor; intentas soñar y quedarte en su sabor; retenerla con la mirada y recordarla pero, el recuerdo es tan efímero que, un segundo sin ella es una vida sin ella. Palpita con cada segundo. Cierra los ojos, estremécete y siente esa sensación en la espalda.