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Mostrando entradas de abril, 2005

Eleanor Rigby

El maullido de su gato despierta a Eleanor Rigby por la mañana temprano. Se llama Manuel, como el camarero de Fawlty Towers, su serie favorita. Lo encontró en su cubo de la basura, hurgando en una tarta rancia que había cocinado primorosamente y decorado con nata y cerezas, pero la visita que había estado esperando nunca cruzó el umbral de su puerta. Con la bata puesta, Eleanor Rigby se bebe su té con leche diario, caliente y no muy dulce, mientras Manuel se restriega contra sus piernas ancianas y temblorosas, pidiendo unas espinas de pescado para desayunar. A las nueve en punto llega el lechero. -Hola, señora Rigby. -¡Oh! Buenos días, querido. Me alegro mucho de verte. Veo que está lloviendo, te vas a coger un catarro tremendo. -Dos botellas, ¿verdad? -Si esperas un momentito te traigo un paraguas. No tardo nada. Pero el lechero ya se había ido. La señora Rigby limpia el polvo despacio. Su casa está llena de antiguas fotos en blanco y negro cuyos rostros felices sólo ella recuerda, y