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Mostrando entradas de mayo, 2008

¡Estadistiquemos el mundo!

Con la suficiencia y el alto grado de conocimiento del mundo que me otorga el ser cuasi licenciado en una carrera humanista, creo firmemente en el periodismo, la ley, la psicología, y, por sobre todas las cosas, en la estadística. La estadística es Dios, todo lo alcanza. No importa que los accidentes de tráfico sean "accidentes", ella los gobierna. ¿Y por qué? Porque ella misma lo dice, sólo basta su opinión, esa es su grandeza. Y todo esto viene a cuenta de que he hecho un gráfico con el power point.

Diarrea cósmica

Gregorio llevaba muchos años acumulando odio en sus entrañas, y no lo podía expulsar. Tenía estreñimiento emocional. Después de efectuarle una exploración prostática, los médicos le dijeron que su problema probablemente tenía solución (ante la duda, lo confirmaron con una punción lumbar), simplemente necesitaba encontrar el desencadenante adecuado. Gregorio se preguntaba cuál podría ser, si no había bastado una exploración prostática, hasta que una mañana la ducha lo sacó de sus plácidos sueños para ir a trabajar. Gregorio reguló escrupulosamente la temperatura, y cuando disfrutaba de la agradable calidez del agua en su espalda, una ráfaga de incandescencia le hizo soltar una maldición. Abrió un poco más la llave del agua fría, y la situación fue estabilizándose lentamente, aunque, por desgracia, esta vez la temperatura era ligerísimamente inferior a lo que Gregorio consideraba perfecto. En consecuencia, dio un toquecito imperceptible al grifo del agua caliente, lo que tras unos segund

Grelos alucinógenos

Mi casa de Ávila. Gabri y yo hemos estado hablando y bebiendo y como ya son las 5 de la mañana Gabri se queda a dormir. Ha pasado algo en su casa y le digo que puede quedarse unos días si quiere, pero cuando le digo que también está Azucena no le gusta nada. Yo duermo en una cama que hay junto a la pared de la ventana del salón y él en el sofá. Mi hermana está en su habitación. Azucena vuelve de fiesta sin hacer ruido. Yo no puedo dormir, y en un momento dado me encuentro en medio del salón sin tener recuerdo alguno de haber salido de la cama. Le cuento a Gabri mi amnesia momentánea. No dice nada y se va a su casa, como si yo estuviese loco, y enfadado por lo de Azucena. Empiezo a cantar una canción de dar miedo de Rage against the machine mientras Gabri baja por las escaleras. Hay un momento que no me sé la letra y me paro, pero pasa un coche negro por mi calle con la música a toda caña y las ventanas abiertas y es la misma canción lo que suena justo donde yo lo había dejado. Me asomo