Entre café y tila y vigilia y sueño y café y tila y etcétera bis el hecho de equivocarse entre el tarro de la sal y el del azúcar puede provocar revelaciones asombrosas, no de carácter culinario, sino capaces de desencadenar una reacción en cadena capaz de alterar el curso de algo tan grandilocuente y estúpido como una vida humana. Y no, esto no va de café ni de tila ni ha ocurrido siquiera. Esto es otro post absurdo y sin sentido que no dice nada. Ignóralo.
¿Palmeras decís, señor don Quijote? No veo sino una ínsula reseca y sórdida, morada tan sólo de cabras y de lunáticos. Ciego está en verdad tu entendimiento, Sancho amigo.