Todas las mañanas la luz del sol abrasa mi colección de películas por haberla colocado junto a la ventana. La carátula de Sunshine está toda descolorida, como es debido. No, no es la luz del sol, fueron las bombas nucleares que cayeron antes de ayer sobre Castilla. ¿Por qué? Porque se lo merecía, algo habría hecho. Espero que no creyese que podía vender su alma y salirse de rositas. Siempre me gustó el sol de invierno, frío y luminoso, resplandeciendo sobre la nieve. Esta vez es un invierno nuclear, lleno de radiante venganza, así que me gusta más.
¿Palmeras decís, señor don Quijote? No veo sino una ínsula reseca y sórdida, morada tan sólo de cabras y de lunáticos. Ciego está en verdad tu entendimiento, Sancho amigo.