Luego, un día, te levantas por la mañana y te das cuenta de que eres amigo de alguien a quien no conoces, alguien de quien te estas enamorando y que nunca podrá darse cuenta porque siempre terminas haciendo el ridículo, eso si, haciendo reír; eres el payaso ideal, el amigo gracioso que tiene gracia. Sin embargo tienes que estar contento, por lo menos no eres el amigo gracioso que no tiene ni puta gracia. Intentas bailar cerca de alguien que esgrime una preciosa sonrisa, sin saber que realmente estas enamorado de sus ojos y su cabello y… te traicionas. Acabas cerrando los ojos e imaginándote solo, en una oscura habitación pero, no dura mucho. Ella se acerca, te roza y despiertas. Todo es tan embriagador… cada gesto, incluso el más ínfimo, te absorbe y empiezas a estar en una realidad de ensueño, solo tu encuentras sentido a los movimientos de su cabello, solo tu encuentras sentido a la existencia del mundo… y entonces te sientes feliz. ...