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Tahiti

S. medita acerca de su existencia, encadenando pensamientos alrededor de un concepto racionalista que le llena de esperanzas, en plural.

Porque ella existe como forma de pensamiento, y es coherente y hasta cierto punto consciente de su propia existencia, definida por un conjunto de normas que evidentemente la convienen, pero que no por ello dejan de ser válidas. Su existencia no es física (tampoco es que haga mucha falta), pero está firmemente anclada en la realidad. Y le entristece el hecho irrefutable de que todo aquello que tiene la capacidad de afectarla de alguna manera forme parte intrínseca de su ser y de su personalidad, y en esto último quizás valga la pena profundizar:

S. siempre ha creído firmemente que tiene el poder de construir su propia vida, y consecuentemente a lo largo del tiempo ha elegido cuidadosamente los principios por los que ésta se rige y quién forma parte de ella. Pero al introducir elementos externos irremediablemente pierde un poco el control, y esto, si se es egoísta, (y S. hasta cierto punto lo es) puede resultar peligroso.

Y aquí llega la pregunta que tanto miedo le da hacerse a S.
...
Por desgracia, en ese momento, alguien le interrumpe, y S. debe, una vez más, dejar las preguntas trascendentes para otro

Comentarios

J.Cardama ha dicho que…
Podria ser casualidad, cierto es que ya nada parece serlo, pero se que a la próxima volveré a pensar que solo es eso, se abrirán más puertas, y decidiré no cruzarlas. ¿Como dejar de añorar el calor de la calle?, estando dentro de una habitación encharcada. Es ahora cuando empiezo a discernir frágiles ideas, pero me es difícil andar llevando todo esto por delante , odio o melancolía.

Extracto del texto "Puertas"(2005)
No dejes tus respuestas al viento, no cierres las puertas

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