¿No estáis en otoño más llenos de odio que en cualquier otra época del año? Yo sí.
¿Palmeras decís, señor don Quijote? No veo sino una ínsula reseca y sórdida, morada tan sólo de cabras y de lunáticos. Ciego está en verdad tu entendimiento, Sancho amigo.
Comentarios
Cual doctor enorgulleciéndose de su amor por la misantropía, y en consecuencia con la actual (e irónica) tendencia social, medito asombrado acerca de la capacidad del ser humano para limpiarse de culpa y no verse reflejado en aquellas descripciones que no convienen a su autoestima; y sobre la capacidad (¿necesidad?) infinita de odio del hombre.
La mía, digo.