Aún encallado en el mismo recoveco del mismo río, tras tantos años. Con las mismas personas, los mismos tratos, las mismas apariencias. El mismo conjunto de objetos inamovibles, relacionados de igual forma. Un flujo de tiempo interrumpido, estancado y en eterna podredumbre.
¿Palmeras decís, señor don Quijote? No veo sino una ínsula reseca y sórdida, morada tan sólo de cabras y de lunáticos. Ciego está en verdad tu entendimiento, Sancho amigo.
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