Madrugar. Caminar aún de noche por un pueblo desierto, con la mochila a la espalda. Coger el autobús de las seis. Hacer trasbordo. Escuchar "By the Way", de los Red Hot Chili Peppers. Ver el amanecer.
Tormentas que se acercan. Solo los dioses ven las tormentas así, bellas, desde el aire, flotando entre las nubes. Se saturan los oídos entre el ruido crudo de la incertidumbre. Tan frágiles, tan efímeros que da lástima siquiera seguir adelante. Será el recuerdo del amor en la infancia lo que nos fuerza a tener instintos y sobrevivir aun cuando no queremos. Ingrávidas, mis lágrimas, reflejan los remordimientos como un espejo curvo e infinito. B.
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