Querida paciencia:
Hace tiempo que no hablamos; decidiste en un momento determinado empezar a tener presencia siempre, en vez de cuando se te necesita.
Tenerte es una virtud pero que no me dejas actuar y eso empieza a ser un incordio. Cuando han pasado cosas con las que debería haber reaccionado, me limitado simplemente a ser paciente y eso no es bueno.
Ahora es una de esas situaciones que sin llegar a perder la calma debería tener menos paciencia porque eso es lo que esta llevando a mis entrañas a retorcerse hasta hacerme daño, para ver si así te mando a tomar por culo.
La virtud que es tenerte se esta convirtiendo en una áspera incomodidad cuando lo que debería es poner firmes a quienes tengo que poner firmes.
A si que por eso querida paciencia te pido comprendas que no debes atarte a todo mi ser y dejarme respirar.
Me ahogas a si que con ahínco te pido me des ese poquito de aire fresco que tan bien nos iba a venir a todos.
Muchas veces te tengo conmigo en las situaciones acertadas y en otras estás aun mas presente que yo mismo.
Gracias
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