Una de esas noches que tan campante sigues paseando, hasta que de nuevo te van echando de bar en bar… la noche es joven, pero los bares… cierran demasiado pronto como dijo en su día un gran filósofo y… hablando de filósofos, los más grandes siguen paseando y aun bajo las influencias de la citada noche siguen deleitándonos y dicho sea de paso dejando nos sin habla… pues eh! Amigo no solo son las palabras… son los gestos, los matices y en fin, todo… que decir de las máximas… nada queda mas que darnos por satisfechos de lo logrado y tener en cuenta que se puede mejorar y como decía su abuela, nada tiene que ver la sinceridad con decir lo que piensas, porque la mayor parte de las veces no hay que decir lo que uno piensa, si no pensar lo que uno dice. Ahí queda eso Santiago.
Tormentas que se acercan. Solo los dioses ven las tormentas así, bellas, desde el aire, flotando entre las nubes. Se saturan los oídos entre el ruido crudo de la incertidumbre. Tan frágiles, tan efímeros que da lástima siquiera seguir adelante. Será el recuerdo del amor en la infancia lo que nos fuerza a tener instintos y sobrevivir aun cuando no queremos. Ingrávidas, mis lágrimas, reflejan los remordimientos como un espejo curvo e infinito. B.
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