A Sally le gusta morderse los labios, para reventar algunas venitas y enrojecerlos. Mientras lo hace sonríe, sabiéndose irresistible, y de paso, enseña sus dientes blanqueados artificialmente.
Nunca falla. Al instante, un capullo muerde el anzuelo, y se acaba la función.
Nunca falla. Al instante, un capullo muerde el anzuelo, y se acaba la función.
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