Ir al contenido principal

Mi musa se fue, creeme, no es más que eso.

Solo espero no hacerme daño a mi mismo, pero como siempre, volverá a ocurrir una y otra vez… la lección del nunca aprender.


Lamento que nunca quisieses besarme por no enamorarte de mí. Mis besos de amor, pasión… siempre perdidos. La misma historia, el mismo hecho y tú; nadie sabe donde estás aunque todos lo sepan. No se puede mirar a los ojos y creer conocer a alguien, aunque sea yo quien siempre lo dice.
Siempre hay algo oscuro distinto, pero nada esclarece más que la mirada en las mismas situaciones.
Me miraste la primera vez y tus ojos me rompieron el corazón. Tanto deseo de ser querido que me vi reflejado, cuando en realidad te cubre una capa de acero que yo no tengo. Tanta tristeza que siente mi corazón, pues justo después nunca tus ojos me volvieron a brillar. Tu mirada se apago pero solo para mí. La segunda vez ya tenia el valor de superar y estaba superado, solo éramos lo que tu querías que fuésemos… y nada pasa; la verdad que se aprende cuando no cuesta y no es duro de llevar, cuando no cargas un lastre de lo moral o inmoral… cuando uno sabe perfectamente lo que tiene, quiere y es. Pero tu no entendiste esta vez… algo te quedó y lo se; tal vez por eso la tercera vez solo sea venganza para mi. Ahora yo cabalgo entre el bien y el mal, lo posible y lo imposible. Nunca había sentido algo así… y no es amor ni tampoco odio, solo algo especial que se lleva el viento por momentos cuando no queda más que dolor.
Yo no sentía lo mismo que tu obviamente, aun te queda mucho por aprender mi niña, pero yo tampoco fui lo que tenia que ser. Creeme cuando digo que no di nada especial aun. No me sentía como debería ser; ¿que iba mal en mí? Tal vez que lo único importante es hacer las cosas por otro motivo y estaba equivocado en lo que tú buscabas.
Tan solo escuchar lo que no decías; sentía que el mundo se iba, se iba y no sabia que hacer, no sabia como resolver lo que había por resolver. Tan pasional que el ambiente denso se hacia irrespirable. Pero no para mí.
Todo lo que nadie te había dado yo te lo ofrecí, no para que lo llevases para siempre si no para que lo tuvieses en el corazón, y tu simplemente no me volviste a besar; y tus labios… me moría por tus labios por eso te gustaba jugar y hacerme sufrir.
Como yo te anhelaba; no te anhelaba cruda, fría y dura, te anhelaba con la fragilidad que sentimos aquellos días... eso días felices que se fueron ya que solo eres tú. La reina de la sensualidad. Pero aun tienes un fallo. Que hay detrás de lo que me puedas dar. Nada tal vez, bonitas palabras y halagos pero… el sentimiento de saber dar cuando hay que dar no lo sientes, como uno siente la pluma deslizarse por las hojas dobladas de una cafetería, cuando sientes que solo sois dos.

No me olvidas, sabes que de mi no vas a poder nunca olvidarte, solo te gusta jugar conmigo. Tal vez no sabes lo que es el sufrimiento de un corazón roto... la culpa es mía, sabiendo que desde el primer segundo supe como eras… aunque nunca has tenido maldad solamente ingenuidad e inocencia. Todo esto por nada. Mi infierno particular. Siempre hablo las mismas palabras e intento ser lo más previsible que puedo, es mi rol de tío idiota que no se entera, mi única forma de protegerme de mis propios errores, la forma más fácil de huir sin salir corriendo, ni enfrentarse a uno mismo.
La diferencia a cuando no estás es que yo no soy yo. Tristeza y melancolía hasta verte aparecer. La sonrisa de un instante cuando te veo de reojo y apareces. Toda mi vida por un segundo de esa felicidad que me invade cuado veo que apareces… cuanto… 10 segundos antes de deslizarte fuera de mí. Un precio por vivir encadenado a ti, contigo y sin ti.
Yo no puedo ser esa persona que te haga sufrir, no… nunca se si volverás a mirarme con esos ojos y aunque debiera rendirte mis propias cuentas, nunca seré yo quien lo haga porque, ¿sabes? Disfrutaré de esos segundos que me quedan de sentirte tan cerca hasta que te vayas un día… porque se que algún día te iras y no dirás adiós. Lo se porque ya lo has hecho otra vez, pero ese día no volverás… te iras lejos y no te volveré a ver.
Entre mis brazos soñaba con no dejarte escapar, pero tu no me abrazas, solo paseas entre mis manos. Dejas que despedace mi honor como el mar recorriendo tu cuerpo, aguantando la esperanza de morir; haciendo que disfrutes bajo el manojo de rayas que mis manos dibujan por tu piel, suave, las rayas de tinta que sin más se quedan vacías de nuevo. Te desvaneces otra vez antes de darme la promesa, antes de besarme con amor y despedirte con un adiós al menos. Pero nunca llega.

La noche se tornaba tan larga que cuando llega el alba…puf… como un suspiro volviste a desaparecer. Rompiste los cristales que bailaban dentro de mí y todo desapareció. Tantos días intentando comprar un segundo de algo que seas tú, mientras que tu luz, caprichosa, de nuevo se fue. El morbo que sentías bajo la sombra de la noche, la pasión de buscar mis labios, o llevar mi mano con la tuya hasta donde uno no puede pensar, pero nunca a tu corazón, a tu mundo. ¿Nunca luchaste, sufriste o amaste aquello que realmente merecía la pena? Porqué… deja de lado el azul del mar y haz sentir lo que tu sientes, el egoísmo no es el mejor camino para dejarse querer, aunque tu sabes que siempre podrás jugar conmigo, siempre ese idiota ingenuo que siempre está con los brazos abiertos cuando lo necesites, porque yo también te necesito, te quiero y te amo en secreto, porque tus ojos han abierto los míos, porque tu boca a abierto la mía, porque tu luz es mí luz; y me da miedo descubrir que de ser algo, desapareciese si tu desapareces.
Mi abrazo en tu pecho, mi rostro en el tuyo… y cuando te vas es mi mano la que tiembla, porque no queda tinta en el bolígrafo, cuando te vas no hay nada sobre lo que escribir.



Cuando alguien piensa que la musa no se va… se va. Y se va tan rápido como lo que se tarda en escribir. Solo unos segundos, pero que segundos tan maravillosos… aunque uno debería saber que al abrir la ventana al infinito cada noche, cuando empieza a llover, allí está ella. Esperando a ser amada, esperando a recibirlo todo de ti, esperando a poder jugar contigo… deseando arrancarte lo que más te duele y más pesar llevar dentro.
Y se irá de nuevo como cada noche antes de que puedas llegar a la mesa a coger tu bolígrafo sin tinta y escribir su universo en un papel de cafetería.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Me has puesto los pelos de gallina.
Anónimo ha dicho que…
quien te a puesto los pelos de gallina? no habra sido el que ha escrito, ni creo yo lo que ha escrito porque... pufff

Entradas populares de este blog

Esta noche la isla cierra sus fronteras...

No la necesitamos.