Llegó el punto en que S. odiaba tanto todo que comenzó a odiar el odio.
Por suerte o por desgracia poco después decidió que estaba odiando demasiado, restaurando así el odio original.
S. presupone que algún día se le pasará y será un miembro más de la sociedad. Para ello sólo espera no tener que renunciar a sus principios, porque entonces el odio permanecerá con ella para siempre, y no será producto de una elección, será tan inevitable como la fuerza de la gravedad.
Por suerte o por desgracia poco después decidió que estaba odiando demasiado, restaurando así el odio original.
S. presupone que algún día se le pasará y será un miembro más de la sociedad. Para ello sólo espera no tener que renunciar a sus principios, porque entonces el odio permanecerá con ella para siempre, y no será producto de una elección, será tan inevitable como la fuerza de la gravedad.
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