Ir al contenido principal

Cuento del siglo XXI (título que indica progreso)

Había una vez una bella presentadora de televisión (aunque no os llaméis a engaño, niños, su cuerpo pertenecía a Corporación Dermoestética y al Diablo a partes iguales), que se ganaba la vida honradamente insultando de mentirijilla a personas tan encantadoras como ella. Ahora bien, cuentan que salió de aventuras con sus amiguitos (una echadora de cartas que en sus tiempos mozos había sido sacerdote, una prostituta heroinómana reintroducida socialmente en forma de periodista del corazón y el/la sastre de toda aquella corte) y llegaron hasta una granja de campesinos. Decidieron instalarse allí, pues su mera estancia les suponía un tesoro, y dejaron las aventuras. Todo el país se dedicó a observarlos, lo que no supuso ningún atraso en sus labores de investigación astrofísica cotidianas, pues era un país increíblemente culto y desarrollado, y establecieron foros de discusión sobre las operaciones de cirugía a las que se había sometido nuestra protagonista, si es que se había sometido a alguna, algo que rechazaban los sectores más conservadores entre los tertulianos. Y el dinero consiguió tras tantos años de penurias y sacrificios la gloriosa Libertad de fluir a los bolsillos de nuestros aventureros, y todos vivieron felices y comieron ensalada de aguacate y pomelo, pues las perdices engordan.
FIN.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El método humanístico

En la antigua Grecia surgió de la nada la chispa de la creatividad, y, siguiendo el ejemplo de muchos otros, Teudonio de Samos escibió una comedia sobre las ovejas. Pronto obtuvo el reconocimiento de las clases pudientes de Tebas y Atenas (en Esparta no estaban para tonterías), y fue muy popular hasta que el fundamentalismo cristiano lo arrasó todo en el siglo II. Tiempo después, los árabes tradujeron una copia que encontraron en las ruinas de Alejandría, omitiendo los pasajes en que las ovejas iban esquiladas, y vio el sultán de Egipto que era gracioso y repartió copias por todo el califato. No se sabe muy bien cómo, pero una de estas copias terminó traducida al castellano en San Millán de la Cogolla por un monje que tenía sus propias ideas en cuanto al amor entre ovejas de la misma condición ovejuna, y otra por un judío de Toledo que sabía un poco de árabe. Un pastor de Berchtesgaden se rió mucho un día leyéndolas y se llevó a Baviera una copia en arameo cuando volvió de las Cru...

El ritual

Aquella noche de luna llena se reunió una gran multitud en la explanada de Azathoth. Encapuchados y portando velas, todos los maestros, pedagogos y psicólogos del país se habían reunido para presenciar el acontecimiento cíclico que los perpetuaba. Para evitar reconocerse entre ellos, todos llevaban máscaras, y sus túnicas eran todas iguales, del color negro propio de la Orden. Un oscuro rumor comenzó a dejarse escuchar, y pronto se convirtió en un estridente cántico cuyas palabras eran irreconocibles para quien no estuviera iniciado. La melodía siguió aumentando de volumen durante unos minutos, hasta que estalló en histeria con la subida de un personaje al altar, el enviado de Satanás. En ese instante, los máximos abanderados de la Orden comenzaron a desfilar alrededor de la multitud por orden de dignidad: los rectores de las universidades llevaban los estandartes de las provincias y los directores de instituto y colegios se arremolinaban detrás de ellos. Al pasar por delante del envia...

Alfa

Para ver un ejemplo del mercantilismo que ha terminado por adueñarse de Internet, sólo hay que poner "alfa" en Google. Las diez primeras páginas son: - Alfa Romeo - Alfa Inmobiliaria - Alfa® - Noticias que contienen "alfa" - Grupo Alfa - Programa de Cooperación Alfa - Alfa Cerámica S.A. - Foro sobre Alfa Romeo - Publicación Alfa - Cementos Alfa - Asociación sociocultural Alfa Hay que ir hasta la página 6 para encontrar una referencia a la letra griega, y es de Wikipedia. Desisto de seguir buscando una fuente alternativa. En 1999 esto no era así. Necesito un Internet paralelo en el que poder banear las páginas comerciales. O quizás necesito otro buscador. O cortarme las venas.