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Ejercicio de Escritura

Como muchos otros días, me apetece escribir, pero hay algo que me lo impide. No sé si es el writer's block, mi mediocridad, el paso del tiempo o el impacto que provocó en mí la muerte de Rafael Alberti. Quizás no sea nada de eso, o quizás sí, todo ello junto. En cualquier caso, es irrelevante, así que, puestos a escribir por escribir, voy a enumerar una serie de palabras a continuación:

"Monos, quizás, quizá, monja. Zoofilia. Ernest Hemingway. Gilipollas, mamón, iconoclasta, verdura hervida, escalera, podredumbre. Punto álgido, batería de cocina, batería, baquetas, platillo, copón".
-Óscar, sí, ¿cuándo?
-Tú
Sardina. Pescanova. ¿Pescanova, sardinas? Nihilismo, aventura, avestruz, monogamia, Barcelona.
Aparcamiento, sordidez, felación. Los nueve novísimos. Fin

Han sido las primeras palabras que se me han venido a la cabeza (con la excepción de las que no eran originales), y me he tomado la libertad de añadir los signos de puntuación, porque quizás se pueda entresacar de ellas una historia. Es posible que haya inventado una nueva tendencia literaria (¿sería mi intención inconsciente o consciente antes de empezar a hacerlo?), que copiarán hasta la saciedad las generaciones venideras (o morirá conmigo). También es posible que este estilo ya se le haya ocurrido a cientos de Escritores anteriores a Mí. El fantasma de la inexistencia de la originalidad me aterra, lo confieso. También declaro que soy consciente de que en mi prosa se confunden la ficción y mis frustraciones cotidianas, todo ello aderezado con tacos y contenido sexual, que cualquier psicólogo es libre de interpretar. Y uso para ello los sinónimos del Word.
Y puesto que estoy analizando y exponiendo cada uno de los pasos que doy en mi proceso creativo, en un arranque existencialista repugnante que gustará sin duda a mis editores, lo voy a firmar todo con un seudónimo de mi propia cosecha (o puede que no):

El dadaísta enmascarado
Brandon MacMurdo
El escribemierda sin escrúpulos que no tiene ningún problema en reconocerlo pero que quiere el dinero en cualquier caso.
(Como todo es una farsa, no me voy a tomar la molestia de escoger entre los tres que se me han ocurrido en un lapso de medio minuto, háganlo ustedes. Y aprecien que escribo sin faltas de ortografía, que hay otros que ni eso).

Nota de la persona que habla (sin especificar si es la real o la ficticia): todo es una espiral interminable de fracaso, sensación de asfixia y memorias de Idhún.

Comentarios

campi ha dicho que…
Sin duda alguna, estoy tan totalmente de acuerdo contigo, por lo que no me queda más remedio que hacerme fan del nuevo movimiento; como puede ser del movimiento fan, aunque entonces seria fan del movimiento fan lo que daría por conclusión que me tendría que hacer fan del fan del fenómeno fan…. Y así hasta hasta hasta hasta… llegar un punto en que nos reviente la cabeza. Y puestos que ahora me molo me marco yo también una de vacío sincopado, marco cardamomo, chifladuras, rogelia, insulsa, sabroso, candido, candidatura, perturbado, moscón, disparate, chusco de pan, pan de molde con alas de gorrión… la belleza de la realidad es, que aunque necesite un psiquiatra en este mismo instante, el único que tengo cerca es un “Pato” que sale detrás del poster de Scarlett Johansson que acabo de quitar de la puerta de mi armario y que volveré a mirar antes de ponerme a hablar ,con el pato, sobre la desamortización del universo o la expansión económica…☹ ¿o era al revés? … da igual es mi psiquiatra no le pago por opinar, solo por escuchar.
Ginkarasu ha dicho que…
La desamortización del universo es sin duda la cosa más horrible que he oído esta semana.

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Insectos verdes oliendo el aire con sus antenas; maniquíes de plástico derritiéndose al sol, deformados; carracas moribundas intentando mantener una cadencia respetable; ecuaciones de segundo grado, circuitería, ácido y cobre; plagios repetitivos bienintencionados y exitosos; canciones lentas para una noche de verano; papel amarillento envejecido, con holor a flan en polvo Royal; desorden, suciedad, caos, falta de organización; soledad, angustia, impermutabilidad; jaquecas, sed, aburrimiento; un intento de repesca sabiamente abortado; demasiadas letras en un único párrafo; una voz desconocida desliendo melodías de un aro de goma; combustión interna espontánea; el invariable ruido de un ascensor que llega a su destino.