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“Usalo mientras sirva… cuando moleste, mátalo.” Prologo del relatillo que estoy escribiendo.

“Usalo mientras sirva… cuando moleste, mátalo.”

Hace ya varios años que escuché esta premisa y hasta hoy ha sido ley universal que rige mi mundo.

Aprendí pronto que en este mundo de lobos hambrientos regido por el come o se comido no sobreviven los mas poderosos, sino los que mueven los hilos de los poderosos. Exacto, úsalo mientras sirva y cuando moleste, mátalo, esa era la verdadera ley de los que mueven los hilos en la sombra, los demás éramos solo marionetas, peleles de un enorme teatro de títeres, peones sin importancia en el enorme tablero de ajedrez del mundo.
Y es aquí donde reside la importancia de ser una marioneta marionetista, mover los hilos de las marionetas simples, de la morralla, aunque alguien mueva tus hilos detrás de ti. No has descubierto todo el pastel, pero ves una gran porción de este y puedes imaginar el resto. Eres un alfil, una torre y un caballo. No eres el rey o la reina, ni el jugador que los maneja, pero estas mas cerca de estos, no eres carne de cañón como el resto, perder un peón o dos no importa pero un alfil, por insignificante que sea o parezca, puede dar un giro brusco a la partida o llevar las piezas del rival por el camino deseado. Bueno, esta es la historia de un alfil.

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